Iba en uno de mis paseos crepusculares, cuando me crucé con una vecina del pueblo haciendo footing. Se paró a saludarme y de sopetón me pregunta: cómo lo haces para vestir siempre así? Le dije que no había ningún misterio; iba al armario, veía qué me apetecía llevar y me lo ponía. Entonces me dijo si podría acompañarla algún día a comprar ropa y le dije que con mucho gusto. Luego comenzó a decirme que si es que su cuerpo era así o asa... Le contesté que su cuerpo no tenía nada de malo y que simplemente tenía que elegir prendas que le marcasen la cintura, en lugar de llevar ropa que la hiciese cuadrada o rectangular. Y ahí, ya entramos en teología... Porque, según ella, es muy católica y no quiere llamar la atención con su cuerpo. Me quedé mirándola y pensando cómo expresarle lo que pensaba sin herir sus creencias. No sé si lo conseguí o no, pero le dije: De verdad crees que si existe un Dios, es tan pequeñito que te va a juzgar por la ropa que llevas? Me acordé de una noticia que me
Estoy leyendo 1Q84 de Murakami y me tiene en shock.Cómo es posible que un Japonés que no conozco de nada,escriba situaciones que resultan muy familiares,como si las hubiese vivido? Y la verdad es que no son historias muy comunes.A Veces se me acelera el corazón leyendo, porque cada párrafo es como la confirmación de una certeza escondida en alguna parte de mi. Con este autor tengo una especie de amor odio,algo muy extraño...Cuando leí Tokio Blues,recuerdo que pensé:pues no es para tanto como escritor!!Sin embargo,su lectura me resultó hipnótica y no pude parar hasta terminarla.Hay algo en sus personajes que se apoderan de mí y hay algo en el escritor que me impide rendirme totalmente.
¡Consecuencia Natural , claro que Sí! Y en su laconismo cobra fuerza, en efecto, de auténtica irrigación! ¡¡¡¡¡¡¡ Buen Otoño!!!!!!!
ResponderEliminarSaludos, Juan!!
ResponderEliminarGracías por tu visita y comentario.
Late en ti.
ResponderEliminarQue dure infinito esa magia.
Besos.
Gracias Xavi por tu buena vibra.
EliminarBesos