DE LO PROFANO A LO DIVINO
Iba en uno de mis paseos crepusculares, cuando me crucé con una vecina del pueblo haciendo footing. Se paró a saludarme y de sopetón me pregunta: cómo lo haces para vestir siempre así? Le dije que no había ningún misterio; iba al armario, veía qué me apetecía llevar y me lo ponía. Entonces me dijo si podría acompañarla algún día a comprar ropa y le dije que con mucho gusto. Luego comenzó a decirme que si es que su cuerpo era así o asa... Le contesté que su cuerpo no tenía nada de malo y que simplemente tenía que elegir prendas que le marcasen la cintura, en lugar de llevar ropa que la hiciese cuadrada o rectangular. Y ahí, ya entramos en teología... Porque, según ella, es muy católica y no quiere llamar la atención con su cuerpo. Me quedé mirándola y pensando cómo expresarle lo que pensaba sin herir sus creencias. No sé si lo conseguí o no, pero le dije: De verdad crees que si existe un Dios, es tan pequeñito que te va a juzgar por la ropa que llevas? Me acordé de una noticia que me
Qué bueno.
ResponderEliminarTiene razón pero no es fácil.